Los dibujos o ilustraciones que Lloyd plasma en los niños les brinda color o da vuelo a su imaginación, es darles una experiencia completamente fuera de serie, los niños experimentan una libertad total sobre su cuerpo que el momento de mala salud les restringe.
Esta nota nos ha parecido irresistible, la hemos retomado para compartirla con ustedes por la belleza y compasión que guarda. Benjamin Lloyd es un tatuador neozelandés que pensó que podría ser una buena idea hacer tatuajes temporales a los niños que se encuentran en situaciones difíciles de salud.
Durante 10 años, Benjamin se ha dedicado a pintar con aerografía. Un día, el hijo de uno de sus amigos asistió a una sesión de tatuaje. el pequeño padecía una enfermedad crónica que empeoraba cada día y comentó que quería tatuarse como su papá. Los adultos, sorprendidos por la petición del niño, dudaron acerca de si debería o no realizarlo. Era obvio que la decisión de tener una marca durante toda la vida no se puede tomar cuando se tienen unos cuantos años de vida.
Benjamin entendió las dificultades de vivir con una enfermedad que entristece la existencia, y para darle un poco de luz a la vida del niño, le hizo un tatuaje temporal. Por supuesto, el pequeño quedó totalmente contento y agradeció la oportunidad de saber lo que se siente tener un tatuaje en el cuerpo. Lloyd, convencido de que este fue un acto bueno y alentador, subió las fotos de su reciente trabajo a su perfil de Facebook para conocer la reacción del público.
Dijo que si conseguía al menos 50 likes, iría al Auckland’s Starship Children’s Hospital a tatuar a los niños enfermos. Este tatuador no consiguió 50, sino más de 450 mil likes. Desde ese entonces ha tatuado a varios niños que quieren sentir la emoción de la tinta sobre la piel, por supuesto, tendrán que bañarse después para remover las ilustraciones de sus cuerpos. Con este acto ha logrado sacar la sonrisa de muchos pequeños.
El espíritu rebelde de estos pequeños sale a flote y para complementar su experiencia, visten con cadenas, atuendos rudos y toman la pose de un valiente motociclista o un amante de la música rock.
Lloyd tiene solamente 24 años y sus publicaciones aunque se han ganado muchas críticas en redes sociales, ha obtenidos más de 97 mil me gusta en pocos minutos.
Más allá de la angelical sonrisa de los niños, el acto de Benjamin Lloyd es una muestra de empatía con las personas que viven una vida complicada, y aunque pareciera que tatuar a un niño es una acción malvada y vil, su trabajo consiste en brindar un poco de luz en un mundo lleno de angustias y tristezas a causa de una enfermedad.
Al final, se trata de arte, los dibujos o ilustraciones que Lloyd plasma en los niños les brinda color o da vuelo a su imaginación, es darles una experiencia completamente fuera de serie, los niños van demostrando no solo su espíritu libre y salvaje, sino una libertad total sobre su cuerpo que el momento de mala salud les restringe. La aerografía es una técnica que pulveriza pintura no tóxica y, por supuesto, no es permanente.
Un tatuaje temporal que se remueve con el baño ha resultado para muchos niños una terapia sanadora para el estado de ánimo. Un momento en el que el niño o la niña pueden olvidarse de su padecimiento y disfrutar y empoderarse ante ellos mismos. Nos encanta la bondad de Benjamin Lloyd.
Fuente: http://culturacolectiva.com/benjamin-lloyd-el-tatuador-de-ninos-que-hace-mas-feliz-al-mundo/