La ballena azul es un engaño, un macabro juego destinado supuestamente a fomentar el suicidio entre infantes y adolescentes.
El juego de la ballena azul: la verdad sobre el reto de 50 días que lleva al suicidio. La presunta participación de jóvenes de diferentes regiones del mundo en un peligroso juego viral que se difunde a través de redes sociales pone en riesgo la seguridad de los más vulnerables en internet. Se trata de la ballena azul, un juego de retos que dura 50 días y que concluye invitando al suicidio.
¿Qué es el juego de la ballena azul?
Si nos basamos en los rumores e imágenes virales del supuesto juego, la ballena azul es una serie de retos online a los que se accede ingresando en ciertos grupos privados de redes sociales (generalmente Facebook). Para ingresar es necesario admitir una única regla, que es seguir al pie de la letra las órdenes de un individuo designado como guardián durante 50 días. Este guardián será el testigo que certifique el cumplimiento de una lista compuesta por 50 retos, uno diario. La orden del último reto es suicidarse lanzándose por una ventana.
¿Qué se gana con los retos?
Absolutamente nada. No existen recompensas. La ballena azul es un engaño, un juego macabro destinado supuestamente a fomentar el suicidio entre niños y adolescentes. Los primeros retos solicitan al jugador que dibuje una ballena o vea una película de terror. A medida que los días pasan, los retos van subiendo de exigencia y se convierten en cosas como dejar de dormir durante toda una noche o lesionarse a sí mismos con cuchillas u otros objetos cortopunzantes. Se cree que con ello el participante consigue la satisfacción del reto superado y así ser elogiado por la comunidad.
¿Han muerto personas jugando a la ballena azul?
Hasta la fecha no se ha comprobado de forma concluyente que el juego haya conducido al suicidio a ningún joven. En varios países la policía se encuentra investigando el suicidio de personas que los medios no han dudado en vincular con el siniestro juego, pero aún no hay pruebas de ello. Como en toda leyenda urbana los jugadores reciben órdenes de eliminar las fotos de sus lesiones una vez hayan sido verificadas por el guardián, por lo que todas las imágenes que circulan sobre el juego son imposibles de verificar.
¿De dónde sale este juego?
El juego de la ballena azul nace a partir de una publicación sensacionalista del diario ruso Novaya Gazeta en la que se afirmaba que más de 130 adolescentes rusos se habían quitado la vida luego de seguir las órdenes de la ballena azul en la red social Vkontakte (algo así como el Facebook ruso). La información saltó a la prensa británica y latinoamericana.
Algunas investigaciones desmintieron los argumentos de la publicación y, de hecho, fueron sancionados sus autores por malas prácticas periodísticas. Aunque los suicidios si ocurrieron, no es posible establecer una relación causal entre ellos y los grupos involucrados en el juego.
Entonces, ¿sí existen los grupos privados de la ballena azul?
Sí. Lo que sucede con la ballena azul es que aún no se ha comprobado la relación entre el juego y las muertes, los grupos privados que lo fomentan existen realmente. La mayoría de ellos no duran mucho tiempo porque Facebook los elimina a medida que los abren, pero en VKontakte son más permanentes. En esa red social rusa son grupos en los que se comparte toda clase de contenido escabroso conectado con la muerte o el suicidio. Se sospecha que el primer grupo nació como un tipo de culto informal a la figura de Rina Palenkova, una adolescente rusa que se quitó la vida luego de subir su foto en VKontakte.
El problema es que los grupos resultan siendo un imán para aquellos adolescentes que no piensan en suicidarse por ponerse a jugar la ballena azul, sino que desde antes de ingresar al grupo ya pensaban en hacerlo. Rusia registra una de las tasas más elevadas de suicidio de menores de edad.
El origen del juego de la ballena azul puede ser un cuento agrandado desde un medio ruso, pero esto es también el ejemplo preciso del teorema de Thomas: Si un grupo de personas definen una situación como real, ésta es real en sus consecuencias.
Es decir, aunque “no exista” dicho juego, sus normas y retos están a la mano de los usuarios de internet, y cualquier infante o adolescente con problemas de autoestima o que esté pasando alguna situación difícil puede tomar la decisión de jugarlo. Como ya sabemos, la mejor política es no permitir que el menor navegue en internet a su antojo y controlar cuidadosamente su entorno. Si presenta comportamientos extraños durante varios días contínuos entonces es el momento para acudir a un especialista.