Guía para las emociones de los hijos

Guía para las emociones de los hijos

¿Es importante enseñar a los niños las palabras que representan las emociones? Por supuesto. Pero no insistas demasiado en que tu hijo hable de sus sentimientos.

¿Qué piensas acerca de cómo controlar tus emociones?, ¿Qué estás enseñando a tu hijo cuando le pides controlar sus emociones?, ¿Cuál es el mensaje que está recibiendo?

Todos nos preocupamos por controlar las emociones de nuestros hijos. Después de todo, son las emociones las que tan a menudo nos llegan sin avisar y en el momento menos adecuado. Los niños no pueden correr a la calle, tirar su comida unos a otros, o hacer pis en su hermano pequeño, pero el establecimiento de límites a la conducta de los niños no significa que tenemos que poner límites a lo que sienten.

De hecho, en realidad no se puede prevenir el enojo de nuestros hijos, es algo que no podemos controlar. Decirle a tu hijo que no llore o que no se enoje crea otros problemas; ya que al decirlo estás dando el mensaje de que debe de tener miedo o vergüenza cuando sienta esas emociones. Por desgracia, cuando los seres humanos reprimen las emociones, las emociones ya no están bajo control consciente, pasan al inconsciente y tarde o temprano surgirán de una forma camuflageada en la que se vuelve difícil identificar lo que estás sintiendo.

Expresar las emociones es una necesidad que todos tenemos. Tratar de controlar las emociones de nuestros hijos los va a llevar a sacarlas de otra forma destructiva. Así que negar la emoción no no ayudan a controlarlas. Así es como un niño realmente aprende a controlar sus emociones:

¿Es importante enseñar a los niños las palabras que representan las emociones? Por supuesto. Pero no insistas demasiado en que tu hijo hable de sus sentimientos. Mejor céntrate en la simple aceptación de las emociones y ofrece amor, incluso si tienes que limitar las acciones de tu hijo.

Las emociones no son malas, son sólo una parte de la riqueza del ser humano.

No solemos tener la posibilidad de elegir lo que sentimos, pero siempre tenemos la posibilidad de elegir cómo actuar.

Cuando te sientes cómodo con tus sentimientos, les da más control sobre su comportamiento.

Los niños que se criaron de esta manera aprenden a “controlar” sus emociones porque tienen una vida emocional sana, no porque se les ha dicho como deben sentirse o han sido castigados o avergonzados por sus sentimientos.

¿Suena difícil? ¡Es! Como adultos todavía seguimos trabajando en “controlar” nuestras propios “rabietas”, pero hubiera sido mas fácil aprender a manejarlas si desde chicos nos hubieran enseñado a hacerlo.

Esther Fasja