La calidad de la leche materna cambia dependiendo del género del bebé

La calidad de la leche materna cambia dependiendo del género del bebé

La calidad de la leche materna cambia dependiendo del género del bebé… La leche materna puede ser el primer alimento, sin embargo, no tiene la misma calidad para todos.

La calidad de la leche materna cambia dependiendo del género del bebé… La leche materna puede ser el primer alimento, sin embargo, no tiene la misma calidad para todos. Tanto en humanos como en otros mamíferos, investigadores han encontrado que la composición de la leche cambia dependiendo del género del infante y de si sus condiciones de salud son favorables o no. Entender estas diferencias puede dar a los científicos un mejor panorama sobre la evolución humana.

Investigadores de la Universidad Estatal de Michigan y otras instituciones encontraron que entre 72 madres económicamente estables provenientes de zonas rurales, las mujeres con hijos varones generalmente tenían una leche de mejor calidad (2.8{34a698e907b8d6c8957c8a51888731b5cd917852059d33ee997608a9c59bd735} grasa comparada con 1. 74{34a698e907b8d6c8957c8a51888731b5cd917852059d33ee997608a9c59bd735} de hijas). Las mujeres pobres, sin embargo, favorecen a las hijas con leche más cremosa (2.6{34a698e907b8d6c8957c8a51888731b5cd917852059d33ee997608a9c59bd735} frente a 2.3{34a698e907b8d6c8957c8a51888731b5cd917852059d33ee997608a9c59bd735}). Estos descubrimientos publicados en el American Journal of Physical Anthropology, difundieron trabajos previos que mostraron que la composición de la leche cambiaba dependiendo del género de la cría de focas grises y venados, y en el caso de los macacos rhesus. El nuevo estudio también revisó descubrimientos acerca de que madres de Massachusetts ricas y bien alimentadas durante su niñez, producen leche más energética cuando tienen hijos varones.

Los estudios juntos apoyan una teoría evolutiva propuesta hace 40 años: la hipótesis Trivers-Willard que señala que una selección natural favorece la inversión de los padres en las hijas en tiempos de escasez, y en los hijos en tiempos de abundancia. La desproporción debería ser mayor en sociedades polígamas, en las cuales los hombres pueden tener hijos con varias esposas, tal como ocurre en las villas kenianas. En esas sociedades, un hijo debe crecer para ser un macho fuerte y popular que tendrá muchas esposas e hijos. Partiendo de esto padres que pueden invertir en sus hijos deberían hacerlo porque podrían perpetuar la estirpe. Contrariamente, los padres pobres no deberían invertir en sus hijos porque sus nietos comenzarían en la parte socioeconómica más baja. Para aquellas familias, las hijas son una apuesta segura porque si llegan a la edad adulta, pueden procrear.

Cada componente de la leche podría variar en los humanos, dice Katie Hinde, una profesora asistente de biología evolutiva humana en Harvard. Ella encontró en la leche de macacos rhesus con crías machos, niveles más altos de cortisol, una hormona que regula el metabolismo. Su trabajo muestra que las diferencias de la leche podrían cambiar el comportamiento infantil y afectar el crecimiento y el desarrollo. “La mujer está produciendo tan sólo la mitad de la historia,” dice Hinde, “La otra mitad es cómo la cría usa la leche.” Estos descubrimientos podrían tener implicaciones para la fórmula que puede ser transformada para optimizar el desarrollo de niños y niñas.