Grant Snider es una de esas buenas cosas que de cuando en cuando ocurre gracias a Internet. Desde hace algunos años, Snider comenzó a llamar la atención por el trabajo que compartía en su blog, Incidental Comics (Cómics Incidentales), en donde podían encontrarse emotivas viñetas, ilustraciones e historias gráficas en torno a un puñado de temas pero abordados siempre de manera original, entrañable: la dificultad para escribir, los dones de la poesía, la vida en pareja y en familia, la presencia de la naturaleza en la vida urbana y algunos más. Preservando uno de los usos originales del blog, Snider ha utilizado el suyo como una bitácora en donde comparte los hechos de su existencia, tomando uno y convirtiéndolo en motivo artístico (con todo lo que ello conlleva) para hacerlo público, para establecer ese vínculo con otros que pueden recibirlo y apreciarlo.
El martes pasado el ilustrador publicó su cómic más reciente: “life with a toddler”, título que puede traducirse como “la vida con un niño”. Para quien haya seguido las últimas tiras de Sinder, sabrá que recientemente él y su esposa tuvieron a su primera hija, quien ahora, a sus 18 meses de edad y con motivo del pasado Día del Padre, protagoniza estos dibujos en donde su padre parece contagiado del asombro que caracteriza a los niños pequeños.
En efecto: si en cierta forma el mundo está naciendo a cada instante, esto es particularmente evidente para los niños, quienes poco a poco van descubriendo la realidad que quizá a nosotros nos parece ya agotada pero que para ellos es realmente un mundo nuevo.
La tira de Snider da cuenta de esta circunstancia. Con humor, es cierto, porque si bien nuestros hijos nos mantienen en el presente, en el único momento que realmente existe, ello no significa que quizá en ese momento desearíamos estar descansando.