A pesar de que la mayoría de las líneas de investigación reconocen que falta evidencia empírica para saber específicamente la cantidad de sueño que los menores necesitan, los doctores aseguran que hay una conexión entre el rendimiento de los niños y la fatiga generalizada que presentan algunos, a la falta de descanso. Basados en un estudio donde se analizan los parámetros del sueño durante los últimos 100 años, los investigadores concluyeron que en realidad las horas de sueño, siempre han estado por debajo de la media recomendada. Los autores del estudio señalaron que la preocupación de que los niños no duermen lo suficiente deviene de tiempo atrás, y otros estudios han arrojado que la falta de sueño puede originar pérdidas en su capacidad intelectual, disminución de la memoria e incluso, reducción de su coeficiente intelectual. Además, en los niños con carencias de sueño aumentan las posibilidades de problemas cardiovasculares tempranos, y de trastornos en el comportamiento. El análisis estuvo a cargo de Lisa Anne Matricciani del Centro para la Investigación del Sueño (Universidad del Sur de Australia) quien concluyó que “cuestiones asociadas con la vida moderna y la sobre estimulación provocada por la tecnología, impiden a los niños dormir el tiempo que necesitan”.
