Skip to content

Nueva masculinidad: padres mas afectivos

17 octubre, 2023

Nueva masculinidad: padres mas afectivos

Esta nueva hombría nos presenta un padre que piensa primero en las necesidades afectivas y materiales de sus hijos antes que en las de él… el padre sensible, involucrado, que “no ayuda”, que participa porque es lo normal y lo esperado.

La paternidad siempre ha sido importante y relevante desde todos sus flancos, sin embargo; por razones culturales a veces parece que cuando papá se hace cargo de su bebé o de sus hijos le hace un favor a la madre o es algo tan “fuera de serie” que hay que agradecerlo y reconocerlo… La realidad es que cada vez mas el rol del papá participa mejor y mas de cerca en la crianza, educación, cuidado y atención de los hijos.

Las mujeres se quejan en muchas sociedades de no ser reconocidas lo suficiente en su rol de madres, sin embargo; la paternidad a veces está totalmente ausente e invisible, y no se incentiva ni se motiva a los hombres desde su niñez a ser padres, porque aun dominan los perjuicios, porque lo niños no juegan con muñecas o les son invalidadas sus emociones, en sentido contrario de lo que sucede con las niñas. Esta desigualdad de género, despoja en los hombres su desarrollo afectivo y su paternidad.

El nivel de invisibilidad de la paternidad  abarca todos los ámbitos. No existen estadísticas que reflejen la realidad de la paternidad en distintos países, las causas de esta barrera entre hombre-paternidad en nuestra sociedad se encuentran en el patriarcado y el machismo. El hombre es educado fuera del hogar, en la calle, por lo que no desarrolla destrezas afectivas ni sociales y las familias tienen poco control de sus relaciones y  su socialización en la niñez. Los niños en los estratos pobres tienen que aportar a la sobrevivencia de las familias y por ende se insertan en el trabajo infantil con labores económicas.

La paternidad puede construirse desde la infanta, al permitir a los niños conectar con su instinto de cuidar y proteger, lo que supone el establecimiento de roles equitativos entre hombres y mujeres, donde los hombres se conviertan en padres, cónyuges, hermanos, hijos con capacidad para dar afecto, ser cuidadores de niños y niñas, solidarios y sensibles ante el dolor, enfermedad, y situaciones de riesgos que presenten las personas que tienen bajo su responsabilidad.

Las nuevas parentalidades igualitarias tienen un papel emergente y fundamental en el cambio de las familias.

«Cada vez más hombres quieren integrar en sus vidas facetas como la paternidad activa y responsable y buscan una conexión afectiva con sus hijos superando claramente el rol de proveedores».

“La nueva masculinidad implica asumir el rol de manera más amplia, de manera más libre, donde se permitan toda clase de emociones. Así éste nuevo modelo de padre, descubre una nueva paternidad, mas responsable y solidaria. Le enseña tanto a sus hijos como a sus hijas que se vale llorar, a pedir ayuda cuando la necesitan, a ser sensibles y empáticos con los demás y a no usar el poder como forma de control y manipulación”, adelanta.

La nueva masculinidad está basada en el reconocimiento del sí mismo y del otro como ser humano, libre, sin estereotipos que lo encasillen y coarten su posibilidad de sentir y crecer en la expresión de sus afectos. Es un padre que acepta cuando se equivoca y sabe pedir perdón, acepta que siente miedo y no lo disfraza de ira; que es capaz de decir cuanto ama y lo expresa con besos abrazos y responsabilidad.

Esta nueva hombría nos presenta un padre que piensa primero en las necesidades afectivas y materiales de sus hijos antes que en las de él, que no los olvida porque ya no conviva con la madre como pareja, que no hay que reclamarle legalmente que cumpla con su responsabilidad porque la tiene clara y la defiende.

En el libro “Tipos que huyen (los hombres prometen pero no cumplen. Las mujeres esperan y desesperan)”, el médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin dice que aunque los hombres tardaron más que las mujeres en producir cambios en sus patrones de género, los avances logrados son irreversibles. Como el caso de la nueva forma de abordar la paternidad.