Les compartimos esta bellísima historia-testimonio de Gabriela Guillén-Waller, una de nuestras lectoras para inspirar a las mujeres que quieren intentar y buscar la opción de un PVDC (parto vaginal después de cesárea):
“PVDC (parto vaginal después de cesárea): Ignacio (3,340Kg, 52cm Semana 39 según Fecha Última Regla). Parto NATURAL y RESPETADO (sin anestesia de ningún tipo, sin inducción, sin episiotomía, libertad de movimientos, apego precoz, corte tardío del cordón umbilical, todos los procedimientos pediátricos en pecho de la madre, etc.). Asunción, Paraguay, viernes 22.01.2016, 14:58 hrs, Sanatorio Bautista, Dr. Rubén Ruttia, Doula Patricia Ruiz Díaz Meza (Organización Pachamama), Acompañante y Fotógrafa de lujo Gabriela Abente Arréllaga y por supuesto mi esposo que me apoyó desde “el vamos para lograr este sueño increíble”.
Desde el miércoles 20.01 empecé a tener diarrea… y cada vez que se me endurecía la panza tenía dolores en la espalda baja (cosa que en todo el embarazo no había sentido), es decir; ya se empezaba a preparar mi cuerpo, esa mañana tuve ecografía obstétrica (normal…, no monitoreo ni doppler, ni nada… según mi médico solo si pasabamos la semana 40-41 él iba a necesitar monitoreo fetal…, ya que YO era la mejor indicada de monitorear que mi bebé se mueva bien) a la tarde tuve control con el Dr. para mostrarle la eco y todo estaba bien…, le comenté los síntomas con los que había amanecido ese día entonces me revisa y efectivamente el cuello del útero se estaba empezando a “acortar/borrar” y según él en días más tendríamos novedades. Fue así mismo que entre el jueves y viernes no pararon las molestias lumbares y las idas al baño…, desde las 3 am más o menos ya no podía conciliar el sueño, cada contracción me despertaba pero procuré descansar. A las 7.30 am le digo a mi marido que mejor no vaya nomas a la oficina y minutos después 7.45 am aproximadamente rompo bolsa estando en la cama aún, mi instinto sabía que era EL DÍA. Él desesperado me dice “¡¡Vamos ya al sanatario!!” (después de haber hablado meses y meses de que romper bolsa no era para alarmarse jaja), entonces me comunico con el Doctor y quedamos en que para el mediodía recién según avancen las contracciones nos veríamos en el sanatorio o a las 16hrs si no avanzaba mucho, esto mismo les comunico a Patty y a Gaby y ellas quedan a la expectativa de que les avise para venir a mi casa a acompañarnos. Yo estaba muy tranquila pero la presencia de mi hija (2 años, 6meses) me empezaba a molestar, no me gustaba que me vea poner caras feas en cada contracción entonces su papá la llevó a lo de mi suegra, ella sin problemas se despidió de mi. En todas esas horas controlaba yo sola las contracciones con una app del cel, para las 11:00 am cuando volvió mi marido él ya estaba nuevamente preocupado y queriendo ir al sanatario, entonces le propuse que llamemos a las chicas para que ellas mismas controlen con la app y emitan su opinión… Patty y Gaby llegaron como al mediodía a mi casa y las contracciones ya eran cada uno o dos minutos y yo estaba con ganas de “hacer popo” pero en realidad ya eran ganas de pujar. Mi doula sugirió que era conveniente ir al sanatario, efectivamente habré llegado con dilatación 8 más o menos, eran las 13:15 hrs al llegar a urgencias y solo escuchan los latidos del bebé y todo OK, a mi no me hacen ningún tacto ni nada en urgencias, por ser paciente del Dr. Ruttia respetan bastante que solo ÉL revise a sus pacientes…, fue asi que recién al ser transladada a la habitación (14hs aprox) llega el doctor y me revisa… “DILATACIÓN 9” yo no les puedo explicar la emoción y felicidad al escuchar eso…, yo esperaba que diga que estaba en 5, me preparé como para morirme del dolor por ahi entonces no creí jamás que ya estaba en ese tramo…, faltaba tan poco…
Luego fui al baño nuevamente porque según yo seguían las ganas de hacer popo…, era incontrolable esas ganas de expulsar… después me ya me quedé parada y seguían las contracciones… cada vez con mayores ganas de pujar… luego ya no podía cerrar las piernas y menos sentarme o acostame…, entonces vamos a la sala de Pre-Parto… fui caminando con la ayuda de mi marido y fue ahi mismo donde empecé a sentir el tan famoso “anillo de fuego”, es tal cual, como que te quema toda en ese momento, puedo describir como la sensación de dolor/molestia más aguda de todo el proceso pero a las vez el momento más motivador porque sabía que estaba tan cerca del objetivo. Fue así que recién ahí me salieron como dos gritos salvajes y vino el doctor a verme, efectivamente estaba la cabeza AHI nomás…, no tuvo tiempo ni de cambiarse él, tiró unas mantas verdes al suelo y en cuclillas él… yo parada de espaldas agarrada de la camilla con dos pujos más o menos nació Ignacio, fue realmente rapidísimo..INCREÍBLE!!! El doctor un ídolo… jamás me apuro ni dirigió nada… y solo esperó que yo haga mi trabajo tranquila… que la naturaleza decida.
Se esperó a que deje de latir el cordón para cortarlo y ahi pude subirme a la camilla y hacer el apego precoz, luego fuimos a la sala de parto para el alumbramiento de la placenta y para suturarme unos puntos que me desgarré…, en todo momento Ignacio en mi pecho y hasta los procedimientos pediátricos los hicieron sin separarnos (solo un minutito para pesarlo). Experiencia fantástica y muy bendecida…, yo de tan bien que me sentía creía que esa noche dormía en mi casa…, como si nada hubiera pasado. Hoy, ambos estamos sanísimos y la familia feliz ahora con el nuevo desafío de la lactancia en tandem (hija mayor 2 años 8 meses).”
Gabi Guillén-Waller