El estudio encontró que estas niñas procuran tener aspiraciones más altas y aventureras, provocando tener niveles académicos o profesionales más prominentes.
Si eres mujer y naciste primero, tienes el éxito asegurado (o eso dicen estos científicos)… Desde la Antigüedad, pensantes y estudiosos intentaron definir y explicar la personalidad de los humanos. Las teorías más famosas se formaron alrededor de la influencia de lo divino a través de los sueños; de los cuatro humores o líquidos del cuerpo: sanguíneo, colérico, melancólico y flemático; del desarrollo psicosexual del fundador del psicoanálisis, como la etapa oral, anal, fálica, latencia y genital; incluso, la teoría psicosocial del psicólogo Erik Erikson (1902-1994), con sus ocho etapas del ciclo vital donde cada individuo enfrenta diferentes crisis a lo largo de su vida; del cumplimiento de las necesidades básicas y psicológicas en la popular pirámide de Maslow (1908-1970); de la respuesta del locus interior y del locus exterior ante estímulos del medio ambiente; entre otros más.
Todas estas teorías, y las que faltan por mencionar, intentan dar una explicación inductiva de los procesos y características psicológicas en la naturaleza humana. Para fundamentarse, los investigadores tuvieron que realizar una rigurosa investigación y descripción de numerosos factores que, en su conjunto, forjan tanto la conducta como la personalidad de un individuo. Aunque actualmente no existe una sola teoría que unifique todas las particularidades de la personalidad, todas las que existen se acercan, invariablemente, desde diferentes perspectivas.
La personalidad, del griego prosopón y quiere decir “máscara”, se define como la organización dinámica de un individuo, la cual determina su adaptación al medio ambiente. Desde que nacemos hasta que morimos, la personalidad continúa desarrollándose y cambiando a través de los años, lo cual es el resultado de la interacción entre herencia, experiencia, aprendizaje social y medio ambiente.
Los teóricos explican que la personalidad tiene dos componentes: el temperamento, con base en la genética; y el carácter, dependiente de las determinantes sociales y ambientales. Es así que, en la interacción de ambos, desarrollamos nuestras virtudes y habilidades con el fin de llegar a cierta homeostasis (equilibrio).
Una de las teorías de la personalidad explica que existe cierta influencia de la posición de la hermana mayor dentro de la familia en la habilidad de ser exitosa profesionalmente. De acuerdo con la investigación liderada por Feifei Bu, en el Institute for Social and Economic Research de la Universidad de Essex, en Reino Unido, las primogénitas tienden a ser, estadísticamente, más ambiciosas y mejor capacitadas que sus hermanos menores. Como por ejemplo, Oprah Winfrey, Hilary Clinton, Beyoncé, JK Rowling, Christine Lagarde, Sheryl Sandberg y Dr Susan Greenfield.
El estudio encontró que estas niñas procuran tener aspiraciones más altas y aventureras, provocando tener niveles académicos o profesionales más prominentes. Además, se mostró que las primogénitas son 13 por ciento más ambiciosas que los hombres primogénitos.
Feifei Bu aclara que pueden existir cientos de posibles explicaciones en relación con esta alta incidencia de logro y ambición:
“Esto puede ser dado que los padres se comprometen durante más tiempo y esfuerzo (lo que los hace más inteligentes). Para mí, yo me inclino hacia la teoría de la inversión parental, puede funcionar en esta situación. […] Yo podría decir que, mientras más grande es la diferencia de edad entre hermanos, es mayor la capacidad de la primogénita. No creo que se relacione con el número de niños, ya que el estudio se hizo en UK, donde las familias tienden a ser pequeñas, por lo que no hubo una diferencia que se notara significativamente.”