Tetanalgesia: amamantar a un bebé enfermo…

Tetanalgesia: amamantar a un bebé enfermo…

En caso de enfermedad, el amor de los padres es medicina también y la dosis la determinas tú. Tetanalgesia: amamantar a un bebé enfermo…

Tetanalgesia: amamantar a un bebé enfermo…

La “Tetanalgesia” es amamantar a un bebé cuando está enfermo o cuando va a ser sometido a un dolor o incomodad por realizarse procedimientos médicos: vacunas, inyecciones, análisis, revisiones clínicas, suturas…

Tetanalgesia: el término fue creado por los doctores M. Merino Moína, que junto a J. Bravo Acuña, elaboraron un artículo que explica lo que significa esta palabra de nueva creación. Ambos Pediatras del Centro de Salud El Greco de Getafe (Madrid) pertenecientes al Grupo Previnfad/PAPPS.

“Tetanalgesia” pretende expresar y definir el efecto de alivio y consuelo que provoca en el recién nacido y el lactante pequeño el mamar del pecho materno cuando sienten dolor. Es lógico pensar que se produce este efecto, llevado a cabo instintivamente desde los orígenes de nuestra especie y de otros mamíferos. Esto aplica para cuando tienen que ser intervenidos para análisis clínicos, canalizados o vacunados, por ejemplo.

Ofrecer el pecho así logra contener físicamente al bebé en el regazo materno, proporcionándole calor, olor propio, protección y además un alimento dulce, lo que disminuye los signos externos de sensación de dolor en los niños pequeños. Esto no es conocido por la mayoría de profesionales de la salud, pero intenta, propongo e insiste en llevarlo a cabo sin miedo y verás las diferencias.

La tetanalgesia no es mágica, pero ayuda. No hay magia: se le hace daño al niño y le duele. Pero es claro que así son menos los que lloran y en cualquier caso la participación de la madre lactante, en sí misma, justificaría su empleo y difusión. Éste es un aspecto a resaltar, ya que la tetanalgesia refuerza la lactancia natural. Suena raro y los médicos no están acostumbrados pero es totalmente posible.

Estoy transitando por una primera hospitalización con mi bebé de dos meses de edad, evidentemente no es algo fácil, pero hay algunas cosas que considero vale la pena compartir desde el afán de facilitarle el camino a otras madres. En esta experiencia he exigido compartir habitación con mi bebé y permanecer 24 horas con él, estoy presente en todos los procedimientos que se le hacen, colchamos en una cama de hospital y está siendo amamantado exclusivamente con leche materna.

Tristemente una de las causas que provoca la interrupción y a veces el abandono de la lactancia materna es la enfermedad, sea de la madre o del bebé. Se asume, equivocadamente que así debe de ser, cuando en realidad debe suceder lo contrario: insistir en mantener la lactancia y apoyar para que suceda pues eso es precisamente salud para el bebé.

Cuando alguien de la familia enferma representa un momento de estrés para todos porque las emociones se desordenan y generalmente se rompe con la rutina. Esto puede ser todavía mas extremo si quien enferma es el bebé de la casa. Los padecimientos más comunes que afectan a los pequeños son las del tracto respiratorio y las del digestivo que pueden obtenerse viralmente con mayor incidencia en niños que no son amamantados porque la fórmula láctea no contiene anticuerpos que refuercen el sistema inmunológico. 

Amamantar al bebé de manera exclusiva (sin ningún sólido ni agua adicionales) es la mas importante fuente de salud que puedes brindarle. Sin embargo; la leche no es mágica y no puede evitar todas las enfermedades, pero si el bebé enferma, NECESITA lactar mas y no menos.

La leche materna aporta al bebé enfermo factores nutricionales que lo ayudan a recuperarse mejor y mas rápido y mantenerse adecuadamente hidratado, además de ser una inigualable fuente de confort.

Te comparto información importante para amamantar a tu bebé enfermo en los siguientes casos:

Diarrea, vómito o congestión nasal: si dudas sobre seguir amamantando o no en caso de que tu bebé presente estos padecimientos: hazlo. La leche materna no se considera un producto “lácteo”, ni tampoco un alimento simple. En palabras del infectólogo Dr. Stephen Buescher: “la leche materna es un sistema especializado completo de apoyo para el bebé”.

Si tu bebé tiene gastroenteritis, continuar con la lactancia materna es una parte muy importante de su tratamiento. La mayoría de los bebés pueden recuperar así su salud sin que requieran fluidos adicionales como soluciones con electrolitos, estos son mas socorridos en bebés alimentados con fórmula láctea. La leche materna se digiere fácil y rápidamente, así que a pesar de que el bebé tenga vómito o diarrea habrá obtenido varios de los nutrientes. Cuando tu bebé enferme ofrece mas tomas de leche materna, si está a libre demanda trata de aumentar la frecuencia.

Es importante distinguir la diarrea de las evacuaciones normales del bebé amamantado. Es normal que los bebés amamantados evacúen con frecuencia deposiciones color amarillo mostaza y hasta verdosas. La diferencia la hace la frecuencia con la que evacúa, porque se incrementa de manera evidente,  además de ir acompañadas de fiebre, olor diferente y aparente dolor por cólicos.

Distinto a la diarrea pueden ser evacuaciones mas sueltas debido al consumo de antibióticos por parte de la madre, o después de las vacunas, sucede también cuando hay una alergia alimentaria en la madre o se ha diagnosticado intolerancia a la lactosa, pero la flora intestinal mejorará especialmente si se alimenta al bebé con leche materna.

Congestión nasal: el bebé congestionado presenta dificultad respiratoria al comer. Si esto sucede, estos tips pueden ayudar.-

Hospitalización: no siempre se puede, pero si el recinto permite el alojamiento de padres y bebés pide incluso que sea en la misma cama, de tal suerte que puedas responder a las necesidades básicas de tu bebé casi de manera inmediata, como cambio de pañal o detectar cambios en el sueño, temperatura o secreciones. El colecho en este sentido asegura una mejor recuperación para tu bebé y la convivencia tan cercan refuerza su seguridad y comodidad mientras que no está teniendo intervenciones médicas. 

Fiebre: en caso de fiebre no hay razón para suspender la lactancia, de hecho igualmente la leche materna reforzará defensas del sistema inmunológico del bebé y lo mantendrá hidratado. Ofrecer el pecho piel a piel cuando hay fiebre ayuda a disminuirla pues la temperatura corporal de la madre regula la del bebé ayudando a que descienda.

Toda situación de enfermedad en un hijo causa estrés, la medicina o tratamiento son importantes, sobre todo tenerlos a tiempo, pero no funcionan solos. Las emociones y el sistema nervioso también sufren daños, habla con tu bebé. Explícale que sucede, abrázalo, cárgalo y arrúllalo tanto como puedas, sigue el consejo médico y tu instinto, el amor de los padres es medicina también y la dosis la determinas tú.

Karla Lara