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¿Cuándo y cómo pujar a la hora del parto?

17 de octubre de 2023

¿Cuándo y cómo pujar a la hora del parto?

Ahora bien, no te agobies por tener la teoría y las respuestas a cuando pujar, el deseo de pujo se desencadena por un reflejo, la sincronía del cuerpo es perfecta: vas a saber.

¿Cuándo y cómo pujar a la hora del parto?… esta es la pregunta que se hacen miles de mujeres… La fuente se rompió. Empiezan las contracciones. Necesitas apresurar el paso para llegar al hospital (o al lugar donde planificaste dar a luz). La incomodidad, el dolor se intensifican e intentas recordar todo lo que libros, doulas o compañeras te recomendaron. Te enfocas en la respiración: inhalas por la nariz, contienes la respiración, exhalas por la boca, contienes la respiración, y así sucesivamente. ¿Cuándo o cómo se supone que debes empezar a pujar?

Si bien el término no hay una definición exacta o tranquilizante en diccionarios médicos, el pujo en el parto se ha asociado con algo agresivo, violento y doloroso. Cuando en realidad, se trata de un reflejo natural que se desencadena por presión de la cabeza sobre la musculatura perineal (el músculo elevador del ano), en donde hasta que la cabeza no alcanza el músculo elevador del ano no se debe empujar porque no hay ganas de pujar.

Así, el pujo del parto es algo natural que realmente no genera dolor, a no ser que una mujer sin anestesia puje cuando no sea el momento adecuado; es decir, cuando el canal del parto no responda a los reflejos epidurales. El pujo así, también es involuntario.

El momento de pujar es cuando la cabeza está casi en la puerta, cuando el bebé está listo para salir porque ha descendido.  Se recomienda el pujo espontáneo. En ausencia de sensación de pujo, se recomienda no dirigirlo hasta que haya concluido la fase pasiva de la segunda etapa del parto. Esta fase pasiva se genera desde la dilatación completa hasta que la cabeza desciende por lo menos al segundo plano (la presión en el músculo profundo del periné: el elevador del ano). Para asegurarse de este proceso puedes esperar hasta que el ano abombe con la contracción.

Y dado que el pujo espontáneo es un reflejo, no se puede pujar cuando uno quiera sino cuando uno lo sienta de manera voluntaria e inevitable:

“Por eso no hay que aprender a pujar, no se puede. […] Con la epidural no hay pujo espontáneo, hay que hacerlo voluntariamente”.

De acuerdo con María Velo, autora de la Asociación de Comadronas Independientes, para que los pujos dirigidos sean menos lesivos, deben imitar en la medida de lo posible a los pujos espantaneos:

“Sabemos que los pujos maternos espontáneos son reflejos y se desencadenan cuando la contracción está alcanzando su máxima intensidad, son cortos, se hacen en exhalación (gritando o con la boca abierta) y además en posiciones que favorezcan la alineación del cuerpo y cabeza del bebé con la salida (generalmente echando la cabeza de la madre hacia atrás, extendiendo el tronco y abriendo el espacio inferior de la pelvis). Por lo tanto, hay que desterrar de las salas de parto es orden de: ‘mete la barbilla al pecho, levantando la cabeza, sin que se te escape el aire, agarrando las barras y abriendo las piernas’. Esto es antifísica-antifisología-antipersona. […] invitaremos a la mujer a colocarse cómodamente y le pediremos que abra bien la boca y grite mientras intenta llevar toda su fuerza hacia la vagina. Si tiene algo de sensibilidad (mala cosa es que la epidural le haya dejado tan dormida la zona que ni note algo de presión), le animaremos a que puje cuando note la presión en el culo, pero ojo, no es como “hacer caca”. Cuando damos a una mujer la orden de “empujar”, su cuerpo reacciona en contracción, apretando los dientes y el suelo pélvico, impidiendo de esta forma que el bebé pueda salir con facilidad. Es una lucha contra una misma. En el reflejo del pujo se contraen abdominales, útero y diafragma con relajación profunda perineal; en el pujo dirigido es muy difícil mantener la relajación perineal voluntariamente mientras se hace una contracción voluntaria abdominal. Por eso hay que intentar desencadenar reflejos respiratorios, llevando toda la fuerza hacia la vagina mientras se exhala todo el aire (la mejor y más efectiva forma de hacerlo es gritando).”

Ahora bien, no te agobies por tener la teoría y las respuestas a cuando pujar, el deseo de pujo se desencadena por un reflejo, la sincronía del cuerpo es perfecta: vas a saber y eso es lo único que debes de considerar y algo que he aprendido en mi persona, después de 4 partos naturales, si por la razón que sea no estás segura de poder o saber pujar, no te preocupes, el cuerpo puja solo, en realidad, el secreto no está en empujar o en pujar al bebé a la salida, el secreto está en simplemente soltarlo suavemente, rendirnos ante la idea y el hecho de que el bebé está a punto de salir y dejar que lo haga sin prisa, sin fuerza, en total rendición y suavidad…

Lo que lastima el periné es el pujo forzado, dirigido, el que no corresponde naturalmente a la fuerza y ritmo de la mujer.

@KarlaDoula

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