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Consejos para educar a un niño feminista

17 de octubre de 2023

Consejos para educar a un niño feminista

Nada nos marca como lo que vemos y oímos desde pequeños. Las mujeres que somos madres o que tenemos a cargo niños y niñas para cuidar y criar nos toca reflexionar sobre cómo nuestro ejemplo y discurso afectará para bien y para mal la vida y el desarrollo de esos niños.

Consejos para educar a un niño feminista… y el título levanta las cejas y ampolla y reacciones, pero es necesario, es urgente, es importante criar niños feministas y te decimos por qué…

The New York Times acaba de publicar un reportaje sobre cómo criar hijos feministas que ha provocado revuelo en las redes. El fondo va de cómo criar niños varones para que, cuando crezcan, crean en la igualdad entre hombres y mujeres, y regresamos al eterno debate si existe o no la igualdad de géneros o la equidad y hasta dónde la podemos llevar. En realidad, se trata de una nota periodística con base en estudios científicos y elaborada por Claire Cain Miller, ilustrada por Agnes Lee y que tiene como punto de partida la opinión de Gloria Steinem:

“Estoy contenta de que hayamos comenzado a criar a nuestras hijas más como a nuestros hijos. Pero no funcionará hasta que criemos a nuestros hijos más como a nuestras hijas”.

Hoy en día es más probable que le digamos a nuestras hijas que pueden ser lo que quieran: astronautas y mamás, bruscas o delicadas, pero no hacemos lo mismo con nuestros hijos, de pronto es mas sencillo limitar a los niños, segregar en cosas de niños y cosas de niñas…

Aunque les hemos dado a las niñas más opciones de roles para elegir, según los sociólogos el mundo de los niños sigue siendo muy limitado. Se les desalienta cuando tienen intereses considerados femeninos. Se les dice que sean rudos a toda costa, o bien que reduzcan su llamada “energía de niño”.

Aquí retomamos un resumen de la nota con los principales Consejos para crear un niño feminista, recordemos que literalmente “niño ve, niño hace”:

Mamá, papá, por los hijos damos la vida, pero no son o no deberían de ser nuestra vida. Tener una vida antes, plena, en gozo, resulta un punto es esencial para el hecho de dar el paso y criar hijos, con independencia de su carga cromosómica. Tener una vida plena antes de plantearse darle al mundo más habitantes, tiene menos probabilidades de convertirnos en padres obsesivos, sobreprotectores, tiranos y/o neuróticos. Dejemos de criar niños rotos que no tengan que componer sus partes cuando son adultos.  

NADIE, NUNCA NADIE ha sufrido o le ha hecho mal ser amado… hay pocas cosas tan instantáneamente reconfortantes como el abrazo de papá o de mamá, llevar a los niños en brazos cuantas veces sea posible, besarlos, abrazarlos. Estar atento y presente y acompañar y satisfacer las necesidades emocionales de nuestros hijos, esto es una garantía para que ese niño o niña crezca lo suficientemente seguro de sí mismo como para poder ser sensible y empático con los demás.

Llorar es saludable. Llorar sana. Llorar expresa las emociones… Los niños SI lloran y las niñas también, porque somos humanos, porque somos vulnerables, porque tenemos emociones y podemos expresarlas. Los niños y las niñas lloran con la misma frecuencia cuando son bebés y niños pequeños, según muestran las investigaciones. Sin embargo, alrededor de los cinco años, los niños reciben el mensaje de que el enojo es aceptable pero que no se espera que muestren otros sentimientos, como la vulnerabilidad.

4. OFRECE REFERENTES 

Cada vez hay más pruebas de que los niños criados en hogares sin figura paterna tienen un peor desempeño en términos de conducta, estudios e ingresos. De acuerdo con los economistas David Autor y Melanie Wasserman, una razón para ello es que no han visto a hombres que asuman las responsabilidades de la vida. “Haz que haya hombres buenos donde esté tu hijo”. SI, los niños como “esponjas” y quieren y necesitan escuchar historias de mujeres admirables empezando por las mujeres de su familia. En la ciencia, la historia, la literatura, el cine o la televisión encontrarás grandes ejemplos. Pero también entre sus familiares, amigas y vecinas, maestras, etc.

Avalado por la neurociencia: aseguran sus expertos que los niños no prefieren el color azul ni las niñas el rosa. Alrededor de los 3 años, los pequeños comienzan a asimilar las expectativas sociales así que hay que protegerlos  de semejante carga y permitir que elijan, sin prejuicios, juegos, actividades, colores, música e intereses: sea ballet, o princesas o ponys… elegir les da confianza, seguridad, certeza… confianza en sí mismos.

Los especialistas en neurociencia dicen que los niños no nacen con esas preferencias. Hasta mediados del siglo XX, el rosa era el color para los niños y el azul para las niñas. En los estudios no se ha demostrado que los bebés tengan marcadas preferencias por determinados juguetes. La diferencia, de acuerdo con los investigadores, surge al mismo tiempo en que los niños toman conciencia de su género, alrededor de los dos o tres años, y en ese momento las expectativas sociales pueden invalidar los intereses innatos. Los estudios longitudinales muestran que la división de juguetes tiene efectos a largo plazo en las brechas de género en términos académicos, así como en el desarrollo de habilidades espaciales y sociales, según Campbell Leaper, jefe del Departamento de Psicología de la Universidad de California en Santa Cruz.

Para que los niños desarrollen todo su potencial, deben seguir sus intereses, ya sean tradicionales o no. Déjalos. La idea es no asumir que todos los niños quieren las mismas cosas y, en cambio, asegurarse de que no estén limitados.

Los investigadores sostienen que la razón por la que los padres alientan a sus hijas a jugar fútbol o a ser doctoras, pero no a sus hijos a tomar clases de ballet o ser enfermeros, es que lo “femenino” se vuelve sinónimo de un estatus menor.

Hay estudios que confirman que esta generación es la primera en la que los padres hacen lo que los niños quieren, en la que los límites no se han marcado y se están criando niños débiles de carácter, inseguros y llenos de sentimientos negativos. Los hijos no deben de ver a sus padres como proveedores.  Los padres tenemos necesidades reales y son igual de importantes que las de los hijos.  Si los niños crecen con respeto, respetarán.

NO es NO, es NO, punto y es NO desde la primera vez que dijo NO. Así de simple.

Otras formas de enseñar respeto y mutuo acuerdo: pide a los niños que pregunten antes de tocar el cuerpo de otro desde que estén en el jardín de niños. También enséñales el poder de la palabra no: deja de hacerles cosquillas o jugar luchitas cuando la pronuncien.

Ofrece un modelo de resolución de problemas en casa. La exposición de los niños al divorcio o el abuso se ha asociado con una deficiente resolución de conflictos en relaciones románticas futuras, señaló W. Bradford Wilcox, sociólogo y director del National Marriage Project, de la Universidad de Virginia.

Los comportamientos comportamientos obscenos o directamente sexuales hacia las niñas, NO son “juegos de niños”, ni las agresiones, ni los golpes, ni el bullying…. Crecer teniendo respeto por el cuerpo de los demás es sano, es del sentido común y los hace entender el concepto de respeto absoluto hacia los demás.

La palabra “niña” es hermosa y no hay manera de usarla como insulto o para disminuir a la persona al usarla. Lo mismo aplica para la palabra “mujer”. No participes en comentarios machistas, no importa si son bromas, no participes, no permitas que tu hijo participe, tampoco es un juego de niños y no es y no será chistoso. Si escuchas el comentario de un tercero, al menos comenta que no es correcto, reacciona, da igual que sea en la tele, en clase o en una sobremesa familiar. Tu reacción hará que tu hijo entienda que no es un comentario aceptable y sabrá que es una causa que siempre puede y debe defender.

No digas, ni dejes que tu hijo diga, que alguien lanza la pelota o corre como niña, ni uses palabras ofensivas que se refieran a una actitud femenina “mariquita” o alguno de sus sinónimos más ofensivos.

Es decir, a elegir alimentos saludables, a cocinarlos, a mantener su entorno, su espacio limpio y ordenado, a ocuparse de su higiene y su salud. En resumen, nuestros hijos deben de aprender de hacer por sí mismos los que nosotros hacemos por ellos para que no espere que nadie siga haciéndolo cuando crezca.

“Enseñemos a nuestros hijos a cocinar, limpiar y cuidarse: a ser igual de competentes en la casa que como esperamos que lo sean nuestras hijas en una oficina”, dice Anne-Marie Slaughter, presidenta de New America, una organización de investigación y estrategia.

Como en casi todo, existen motivos nobles y también encantadoramente egoístas para abrazar este punto. Si lo hace, no solo hará a su hijo  más responsable y cariñoso, también contribuirá a rebajar la carga femenina en el cuidado de mayores, niños, enfermos y necesitados de cualquier parentesco y condición. 

Háblales de cómo los hombres pueden equilibrar el trabajo y la familia, y cómo se espera que no solo las hijas, sino también los hijos, cuiden a sus padres y otros familiares cuando sean ancianos, dice Slaughter. Pídele ayuda a tu hijo para hacerle sopa a un amigo enfermo o para visitar a un pariente hospitalizado. Hazlo responsable de cuidar a las mascotas y hermanos menores. Anímalo a cuidar niños, a ser entrenador o tutor.

Está demostrado que los hombres criados por mujeres solas que trabajan son mas igualitarios en sus actitudes respecto al género. Los actos dicen más que mil palabras, afirma Dan Clawson, sociólogo de la Universidad de Massachusetts en Amherst: “Si la mamá cocina y limpia la casa, y el papá corta el césped y sale de la casa a menudo, eso se aprende”.

12. ANÍMALO A QUE TENGA AMIGAS

Este consejo que es práctico y romántico a la vez, las amistades mixtas, las escuelas mixtas no solo ayudará a su hijo a convertirse en un gran hombre feminista, que vea a las mujeres como sus pares y no como conquistas. 

Los niños a quienes se alienta a jugar con amigos del sexo opuesto aprenden a comunicarse y solucionar problemas de mejor manera. “Cuanto más obvio es que el género se usa para categorizar a grupos o actividades, más probable es que se refuercen los sesgos y estereotipos de género”, afirma Richard Fabes, director de la Facultad Sanford de esa universidad de Arizona, donde se investiga sobre el género y la educación.

Las mamás hablan más con sus hijas que con sus hijos, de acuerdo con un análisis hecho por Leaper a partir de varios estudios. Combate el estereotipo hablándoles a los niños, leyéndoles y animándolos a leer.

Lean sobre una gran variedad de personas e historias que rompan el molde, no solo las que tratan de niños que salvan al mundo y niñas que necesitan ser salvadas. Cuando un libro o una noticia siga ese molde, habla al respecto: ¿Por qué la mamá de este cuento siempre trae abrigo y casi nunca sale de la casa? ¿Por qué esta fotografía de las noticias solo muestra a hombres blancos?

“Eso debería comenzar a los tres años, cuando realmente pescan los estereotipos y se dan cuenta de ellos”, dijo Brown. “Si no los ayudas a etiquetarlos como estereotipos, asumen que así son las cosas”.

Las mujeres son buenas en todo, lo mismo que los hombres. Y queremos que los niños aprendan esa verdad desde pequeños.

Así de sencillo: NO a los comentarios que hagan distinciones que separen a las personas, por raza, sexo, color, religión, preferencias, etc., no hay nada mas fuera de contexto e inútil que eso. No hagas los comentarios, no los repliques, no los permitas. Los humanos somos eso, hombres y mujeres. 

Educar a un niño en el feminismo no es impedir que desarrolle sus instintos sino enfocar esos instintos hacia la igualdad. Criar a un niño de esta forma no se trata solo de decirle qué no debe hacer ni de borrar por completo las diferencias de género. La rudeza para oponerse a la injusticia. Y la seguridad para elegir su camino con libertad y respeto. 

Enséñale a los niños a mostrar fuerza: la fortaleza de reconocer sus emociones. Enséñales a ser proveedores para su familia: brindándole cuidados. Enséñales a ser rudos: lo suficiente para oponerse a la intolerancia. Hazlos sentir seguros: para que persigan cualquier cosa que los apasione.

Si queremos crear una sociedad equitativa, una en la que todos puedan progresar, también debemos darles más opciones a los niños. No se trata solo de las mujeres. Los hombres también se están quedando rezagados en la escuela y el trabajo porque no estamos criando niños para que tengan éxito en la nueva economía rosa. Las habilidades como la cooperación, la empatía y la diligencia —que a menudo se consideran femeninas— cada vez se valoran más en las escuelas y los trabajos de hoy, y los empleos que requieren estas habilidades son los que están creciendo con mayor rapidez.

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