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No digas «deja de llorar» o «no llores», te damos 10 alternativas

17 de octubre de 2023

No digas “deja de llorar” o “no llores”, te damos 10 alternativas

Los sentimientos no son algo que hay que evitar, sino oportunidades de conexión.

Ejercer la paternidad y la maternidad no es cosa sencilla… Los niños no vienen con un manual, nadie nos enseña a ser padres, cada uno lidia con un montón de situaciones diariamente, el ritmo de vida no permite… etc, etc, etc, y la verdad es que seguimos repitiendo patrones de antaño que están mas probados por su fracaso que por servir al momento de criar a nuestros hijos.

Si, es verdad que como padre y madre, a diario manejamos sentimientos y emociones propios y ajenos. ¡Y a veces, todo puede llegar a ser mucho!, esas situaciones pueden rebasarnos y quizá todos lo hemos dicho, o al menos lo hemos pensado. “Deja de llorar”, “Solo deja llorar”, “Basta”, “Silencio”, si no lo has pronunciado, ¿Quizá lo oíste cuando eras niño?

Pero, ¿qué pasa si te dijera que cada vez que rechazas, invalidas o minimizas los sentimientos de tu hijo, realmente haces que tu trabajo sea más difícil. Muy rara vez tienen éxito en hacerlos parar de todos modos, y es más probable que necesiten más apoyo en el futuro en lugar de menos. Si no escuchas el mensaje que están intentando enviarte, el mensajero se hace cada vez más fuerte hasta que lo haces. Los niños buscan empatía y comprensión. Si no lo consiguen, seguirán intentándolo.

Llorar está bien. Llorar se vale, es necesario y hasta saludable. Es una forma muy saludable y necesaria para que los niños expresen sus sentimientos, y no necesitamos hacerlos parar. Al decirles que “dejen de llorar” enviamos el mensaje de que sus sentimientos no son importantes, que no son válidos, y que el niño puede ser tonto y molesto.

Si queremos que nuestros hijos aprendan a regular sus emociones y a confiar en nosotros con sus problemas y sentimientos, ¡entonces no podemos despreciarlos o limitarlos cuando tratan de hacerlo!. El llanto es siempre apropiado. Sea lo que sea lo que le moleste es válido. Puede parecer trivial, pero un niño no tiene una perspectiva adulta en el mundo.

A menudo la gente lucha más con permitir que los niños expresen sus sentimientos en público, pensando que no es apropiado y se preocupan de otras reacciones o del juicio externo. Eso enseña a los niños que necesitan calmar sus sentimientos por los demás. Eventualmente aprenden nuestras reglas sociales tácitas. Y de pronto al ser adultos han aprendido a manejar sus sentimientos y a expresarlos a veces, cuando de adultos lo consideran “apropiados”, pero esto trae otras consecuencias.

El verdadero apoyo de la regulación emocional es mediante la empatía y la comprensión, no silenciando.

“Escucha atentamente cualquier cosa que tus hijos quieran decirte, pase lo que pase. Si no escuchas ansiosamente las pequeñas cosas cuando son pequeñas, no te dirán las cosas grandes cuando sean grandes, porque para ellos siempre ha sido una gran cosa”.  Catherine M. Wallace

A veces, incluso cuando sabes que no debes decirle a tu hijo que deje de llorar, ¡es difícil saber qué decir!. Es posible que sientas que necesitas hacer algo, pero no estás seguro de qué. Si de niños se nos enseñó a silenciar los sentimientos por los demás, estas situaciones pueden ser increíblemente incómodas. Si nos hemos acostumbrado a reprimir los propios sentimientos, la experiencia de un niño expresando plenamente su tristeza, ira, decepción o cualquier otra emoción negativa puede ser muy desencadenante. La buena noticia es que la práctica hace que sea perfecta, y en realidad puede ser bastante sanador ser capaz de apoyar a tu hijo a través de sus propias emociones.

Entonces, ¿qué puedes decir? ¡Aquí algunas sugerencias!

¡También podrías simplemente no decir nada! A veces no se necesitan palabras y la comodidad física o la presencia es suficiente.

Qué NO hacer cuando tu hijo llora:

Apoyemos a los niños a expresar sus emociones y sentimientos desde la empatía y la comprensión. Porque se lo merecen. Los sentimientos no son algo que hay que evitar, sino oportunidades de conexión.

Fuente y desarollo: happinessishereblog

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